Michael Verdin
Para la guerrera que más amé
Mi abuelita tiene hoy 94 años. Madre de 8 hijos, a quienes vio partir, uno por uno, con un dolor que solo un corazón indestructible puede soportar. Fue madre y abuela al mismo tiempo, criando no solo a sus hijos, sino también a sus nietos, entre ellos a mí.
Ella nos enseñó el valor del trabajo, la fuerza de la voluntad y el orgullo de la dignidad. Sola, sacó adelante a toda una familia, y aun en los días más difíciles, jamás la vimos rendirse. En cada fecha especial, era ella quien nos reunía, quien mantenía vivo el lazo familiar.
Nieto de Cándida Cantú y Rómulo Cuéllar Canales, gracias a ella llevamos sangre de dukes y reyes. Y hoy, en el ocaso de su vida, verla acostada sin poder moverse es lo más duro que he tenido que enfrentar, porque siempre fue una guerra hecha mujer, una fortaleza con nombre: Doña Consuelo Moreno Cuéllar.
Con orgullo, siempre diré:
Soy nieto de Doña Consuelo Moreno Cuéllar.


