Jesus Barba
Mario, aunque no conviví tanto
contigo siempre fuiste una gran inspiración. Eras una persona alegre, que sabía motivar a los demás y tenías el don de hacer que cada momento fuera especial sin necesidad de nada más que tu presencia. Tenías un espíritu divertido y un corazón noble, te encantaba convivir con las personas y jamás mostraste un gesto de desprecio hacia nadie. Siempre estabas dispuesto a tender la mano y ayudar a quien lo necesitara.
Para mí fuiste un capitán, alguien de quien aprendí muchas cosas valiosas. Una de tus mayores enseñanzas fue la importancia de valorar a la familia y mantenernos unidos. Tu ejemplo de generosidad, alegría y bondad deja una huella que siempre llevaremos en el corazón.
Y hoy, aunque nos duele tu partida, sé que ya nos encontraremos contigo, Capi , para que nos sigas dando instrucciones de fútbol como lo hiciste con todo el equipo de los demons

